11.11.08

Corazón por Corazón

Se levanta uno, temprano, y se mueve por impulsos y rutinas. Quizá actuamos de una manera que llevamos tatuada y, quién sabe, si es el único momento del día en que somos realmente nosotros mismos.

La semana pasada, a las siete y media de la mañana mientras se congelaba al momento la taza de leche recién sacada del microondas, escuchaba la noticia sucedida en Oviedo: Un chico de 26 años descubría a su padre recién muerto por una insuficiencia cardíaca; en el mismo momento al chaval se le paraba su propio corazón. Fulminado al ver desplomado el castillo de naipes fundamentales que para algunos ha supuesto un padre.

Y siento mi piel erizada, fría como el hielo y los latidos retumbar en el pasillo mientras camino lentamente hacia el baño... recuerdo ese ansia, ese vibrar de labios y mis propios latidos vibrando algo más fuerte, confiados en alguna suerte de absurda telequinesia capaz de restaurar otros latidos hermanos en ese corazón detenido. Incapaz de distinguir diferencia alguna entre las sonrisas que él me inspiraba sólo por vérsela dibujada y mi instinto por darle vida a su corazón.

Y me encuentro frente al espejo del baño a ese chico de Oviedo y le digo que lo siento, amigo. Que habría querido darte un abrazo, que me habría gustado quitarte un par de piedras en el nuevo camino que te esperaba después de ver la verdadera cara de la vida en la que pasan cosas como esa.

Me habría gustado agarrar al vuelo esa carta de la baraja antes de que el palo de los corazones quede con todos los naipes en blanco.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

hombre míralo...el señor marqueta...siempre nos quedará madrid....

11:48  

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