Subo
Subo.
Siempre las Navidades han sido sinónimo de estar en Zaragoza, con la familia.
Cada año, casi cada jodido año, somos unos menos. Y por una vez cerraremos éste en la montaña, donde la propia respiración gélida se acompasa con los último latidos de 2006
Por eso subo. Porque si no subo, bajo. Igual que cuando se pilota un helicóptero o llevas caminando un tablero de ajedrez con una canica en el medio. Nada queda quieto, aunque tú lo hagas.
No sé si es la primera vez que lees en este ejercicio de narcisisimo (como todos los blog personales) llamado "Blógicamente", o si eres alguno lector que suele repasar las líneas que de vez en cuando instalo por aquí.
A ti, gracias por tus minutos.
Te deseo mil éxitos en el 2007.
Siempre las Navidades han sido sinónimo de estar en Zaragoza, con la familia.
Cada año, casi cada jodido año, somos unos menos. Y por una vez cerraremos éste en la montaña, donde la propia respiración gélida se acompasa con los último latidos de 2006
Por eso subo. Porque si no subo, bajo. Igual que cuando se pilota un helicóptero o llevas caminando un tablero de ajedrez con una canica en el medio. Nada queda quieto, aunque tú lo hagas.
No sé si es la primera vez que lees en este ejercicio de narcisisimo (como todos los blog personales) llamado "Blógicamente", o si eres alguno lector que suele repasar las líneas que de vez en cuando instalo por aquí.
A ti, gracias por tus minutos.
Te deseo mil éxitos en el 2007.